Los grupos de consumo unen a productores y consumidores.
Los grupos de consumo son grupos de gente que se unen para consumir productos locales, ecológicos y de temporada. La diferencia es que en lugar de hacer la compra en los tradicionales supermercados o grandes superficies optan por comprar directamente a los productores, de manera que se buscan productos de cercanía con lo que se evita el transporte de mercancías desde largas distancias, la recogida de los productos antes de su maduración y la conservación en cámaras frigoríficas.
El objetivo de un grupo de consumo es unirse para comprar de forma regular y conjunta todo tipo de alimentos (fruta, verdura, pan, legumbres, carne, pollo, huevos o aceite) directamente al productor. Una forma de consumo responsable que favorece la economía social y el cambio de modelo económico.
Ventajas de los grupos de consumo
Los grupos de consumo producen ventajas tanto a los integrantes del grupo como a los productores porque consiguen asegurar la venta de sus productos directamente sin tener que acudir a los canales de venta tradicionales. La relación directa entre el productor y el grupo de consumo elimina la figura del intermediario, lo que tiene consecuencias positivas en cuanto a la fijación del precio, que puede ser más asequible ya que se elimina un paso en la relación productor-consumidor.
Además, el grupo de consumo facilita la relación entre las personas porque ante la necesidad de asociarse para acceder a los productos es necesario contactar con gente del entorno, lo que fomenta las relaciones sociales y facilita también la realización de otras actividades de forma conjunta.
Otra característica fundamental de los grupos de consumo es el apoyo al desarrollo y penetración de los productos ecológicos en la cesta de la compra, pues se buscan siempre productores que cultiven siguiendo los principios de la agricultura y ganadería (en el caso de la carne, pollo, huevos o leche) ecológicas, aunque no es imprescindible que cuenten con los sellos de garantía que lo certifiquen.
El acto de la compra es también diferente porque en lugar de ir al supermercado o comercio tradicional, los productos se recogen directamente en casa o en locales habilitados para que los productores lleven sus productos un determinado día de la semana.
En general, los grupos de consumo no son muy grandes, un número recomendable es de diez miembros o familias. El número idóneo siempre depende del pedido mínimo que deba hacerse para que la distribución sea rentable tanto para el productor como para los miembros del grupo. Por eso es importante cuando se crea un grupo determinar cómo se organizan los pedidos, el tiempo de entrega, el lugar de reparto, la forma de pago, el precio y todas las cuestiones relativas a la infraestructura del grupo para evitar problemas posteriores.
Una vez fijadas las normas de funcionamiento del grupo es preciso contar con una lista de proveedores capaces de ofrecer los productos básicos de la cesta de la compra. Lo normal en los grupos de consumo es empezar con frutas y verduras ecológicas pero poco a poco se amplía la cesta incorporando a proveedores de pan, leche, carne, aceite, embutidos… las posibilidades cada día son más amplias.
El consumo responsable es clave en el desarrollo de los grupos de consumo
La preocupación cada vez mayor de los consumidores por ejercer un consumo responsable y la mayor concienciación sobre las consecuencias económicas y medioambientales que tiene el consumo masivo han provocado un crecimiento importante de los grupos de consumo en los últimos años. Unido a la aparición de movimientos centrados en la economía social como forma de cambiar el modelo económico actual ha generado una gran variedad en la tipología de los grupos de consumo.
Internet también ha contribuido a crear plataformas que permiten un contacto más directo entre productores y consumidores pero también es un lugar idóneo para contactar con grupos de consumo. Existen diversas webs que recogen listados de grupos de consumo organizados de toda España, como ecoagricultor o Grupo a grupo, un proyecto de la ONG Sodepaz, que facilita además la formación de estos grupos contactando directamente con los proveedores.
Del amplio abanico que existe en el mercado de grupos de consumo he seleccionado una pequeña muestra de diferentes tipos que podemos encontrar en Madrid pero que ampliaremos a otras provincias en posteriores artículos.
–La Ecomarca es una red para la distribución de productos ecológicos a grupos de consumo dinamizada a través de una cooperativa perteneciente al Mercado Social de Madrid. Los pedidos se hacen por internet antes del viernes y el reparto los martes o jueves. La ecomarca se encarga del transporte de los productos al lugar donde indica el grupo de consumo pero no se aceptan encargos individuales. En la cesta de productos de sus proveedores se puede encontrar frutas, verduras, panes, lácteos, carne, pescado, legumbres, aceite, vino e incluso cosmética.
–Bajo el asfalto está la huerta BAH es “una cooperativa de producción, distribución y consumo de agricultura ecológica que hace posible la relación directa entre productor y consumidor, implicando la participación tanto del colectivo de trabajadores, como de los grupos de consumo de los distintos barrios que la constituyen”, como se define en su web.
–La garbancita ecológica es también una cooperativa que fomenta la alimentación responsable, agroecológica y autogestionada. Surge a partir de los grupos autogestionados de consumo GAKS establecidos en diferentes barrios y pueblos de Madrid para crear la logística necesaria para garantizar “los derechos de agricultores ecológicos y consumidores responsables”. Proporcionan una cesta básica a través de la tienda online donde tienen referencias de 70 proveedores y semanalmente se recogen los pedidos en su local o en cada grupo de consumo.
Fuente: Consumo Ciudadano